De la bebida y las drogas a un encuentro con Jesús: El Centro de Niños de Colombia cambió su vida.
Hablando con Abnober, de 22 años, resulta difícil imaginar que alguna vez buscó el consuelo en el alcohol y las drogas, cuando apenas tenía 12 años. Creció en un hogar roto, pero tus oraciones y apoyo han ayudado a cambiar su vida y su familia.

Abnober creció en una casa de madera, junto al río. Su familia pescaba y cazaba en el bosque para poder sobrevivir.
La situación familiar no era buena. Su padre bebía mucho. Su madre era creyente, pero no practicaba su fe cristiana por causa de la persecución que sufrían los creyentes de la tribu a la que pertenecía. Los cristianos son vistos como traidores por su tribu, ya que no participan en los festivales y actividades tradicionales practicadas por la tribu: temen que les traigan mala suerte. La predicación está prohibida y las amenazas de cerrar o quemar iglesias son constantes.
Desde muy joven, Abnober comenzó a relacionarse con gente que no era una buena influencia. Tanto él como sus amigos bebían alcohol y tomaban drogas desde los 12 años. Sin embargo, todo cambió al cumplir 14. Sus padres decidieron enviarlo al Centro Infantil, una escuela que fue para él un nuevo hogar, dirigido por Puertas Abiertas.
Tras la llegada de Abnober, todo comenzó a ser distinto. “Para mí, este lugar es una gran bendición. Desde que llegué he aprendido muchas cosas. La educación en mi comunidad no es tan buena como aquí. Aprendí a trabajar en equipo y conocí a gente que ama a Dios. Me hizo crecer en el conocimiento y en mi vida espiritual. Es mi segundo hogar.”
Después de un año lejos de su familia, Abnober regresó para pasar las vacaciones en casa. Y ellos vieron el cambio: en un año, era una persona completamente diferente. La comunidad reconoció el cambio en él.

“Dios es bueno. Sé que está conmigo.”
El cambio en Abnober también produjo cambios en la familia. Ellos vieron el poder de Dios trabajando en el joven. Su madre comenzó a vivir la fe que durante tanto tiempo había tenido escondida, y su padre también se convirtió al cristianismo.
Sin embargo, esto también trajo dificultades para la familia de Abnober: “Mi madre tenía un trabajo como líder en el cuidado de niños, pero fue despedida porque creía en Dios. Empezó a hablarles a los niños sobre Jesús, pero los líderes de la tribu no querían eso.”
El hogar de Abnober está muy cerca de una de las rutas de la droga más importantes en Sudamérica. Cuando sus padres comenzaron a seguir a Jesús, se manifestaron en contra del tráfico de drogas, lo que también les trajo persecución. “Mis padres comenzaron a trabajar con un pastor de la zona. Tratan de mantener a los niños alejados del comercio de la cocaína, pero debido a esto, mi padre en particular está recibiendo ahora amenazas de muerte. Ya no puede ir a pescar solo, porque entonces podrían matarlo. Si quiere dejar la tribu, alguien más tiene que ir con él.”
A pesar de todas estas dificultades, Abnober sabe que Dios está cuidando de él y su familia. “Dios es bueno conmigo. Sé que está conmigo.”
Abnober está haciendo planes para el futuro. “Me gustaría convertirme en ingeniero informático. Si Dios quiere, terminaré mis estudios el próximo año y entonces podré empezar a trabajar como profesional, pero también me gustaría seguir estudiando en un campo diferente. Cuanto más me desarrolle, más podre ayudar a mi familia y servir a la sociedad.”

Navidad, una gran reunión familiar
La tribu de Abnober no celebra la Navidad. “Como tribu, no sabemos nada de la Navidad. Al final de cada año, mi gente construye una figura masculina completamente rellena y vestida. En la medianoche del último día del año, le prenden fuego. Esta es su tradición.”
“Celebramos la Navidad en familia. Nos reunimos el 24 de diciembre, comemos y contamos historias. Es como una reunión familiar. Es un periodo de agradecimiento porque Dios me ha concedido otro año y porque puedo celebrar el nacimiento de Jesús.”
“Para mí, la Navidad significa que el Rey vino, que vivió aquí como un ser humano y murió por nosotros. Esto es la Navidad.”
Tus oraciones y apoyo han ayudado a transformar completamente vidas como las de Abnober y su familia. Un padre y un hijo demasiado intoxicados para pensar en los demás; una madre demasiado asustada para hablar de la fe. Ahora son una familia que se ama, que son intencionales en compartir su fe en Jesús y que celebrarán su nacimiento juntos este año.
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